domingo, 26 de febrero de 2017

¿Financiación de formación doctoral versus proyectos de investigación?

La principal institución promotora y financiadora de la formación doctoral en Colombia ha sido Colciencias. En la figura 1 se muestra la fracción del presupuesto destinada a la financiación de las becas-crédito de Colciencias desde 2002. Hasta 2009 cada programa anual de becas se financió con recursos provenientes del presupuesto del mismo año (como lo indican las barras en color naranja). A partir de ese año, con el ánimo de ampliar la cobertura del programa de becas doctorales y ante las limitaciones presupuestales, se empezó a hacer uso de las vigencias futuras. Este mecanismo permite asignar recursos presupuestal y anticipadamente al año de ejecución de los mismos. Son una especie de crédito interno por parte del gobierno. Por ejemplo, la financiación de la convocatoria de becas doctorales de 2009 se financió con la asignación de recursos de 2010 a 2017 (como lo indican las barras inferiores en verde para los convenios No. 448 y 624 de Colciencias). La utilización sucesiva de este mecanismo hasta 2014 (inclusive) ocasionó que la fracción del presupuesto comprometida para cubrir las convocatorias anuales de estas becas creciera año a año, hasta alcanzar el 82 % del presupuesto total de Colciencias en 2016, dejando disponible tan solo el 18 % para los demás gastos de funcionamiento y para la financiación de proyectos. El crecimiento del presupuesto destinado a la financiación de proyectos de investigación crecerá nuevamente a partir de 2017, al no hacerse uso del mecanismo de las vigencias futuras durante el cuatrienio 2015-2018, según el Plan Nacional de Desarrollo vigente.

Figura 1: evolución anual del presupuesto de inversión de Colciencias indicando los recursos destinados a la financiación de las convocatorias de becas doctorales (mediante el mecanismo de vigencias futuras).


Los recursos económicos comprometidos para cubrir los programas de becas y el bajo presupuesto de Colciencias, recortado adicionalmente año a año desde 2013 a 2016, no han permitido la estabilidad del programa de formación doctoral y han afectado simultáneamente la financiación de las convocatorias para proyectos de investigación. El presupuesto de Colciencias es como una cobija corta, que además se encoge. Se requieren programas bien estructurados y con fondos estables para consolidar el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. La necesidad de recursos es evidente y el Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías puede contribuir para cubrir estos requerimientos e impulsar un cambio de modelo económico en esta Colombia del postconflicto.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Ecosistema científico: un buen programa de corto vuelo

En octubre de 2016 el Gobierno Nacional presentó la estrategia “Colombia Científica”, que incluye el "Ecosistema Científico" [1]: integración de capacidades de investigación y focalización de prioridades podría ser un resumen adecuado para este programa.

Me parece que la motivación y los objetivos del programa son relevantes para fortalecer los sistemas de investigación universitarios e integrarlos internamente (según sus capacidades) y externamente (en función del aporte de soluciones a problemas relevantes del país e internacionalmente con otras instituciones de excelencia académica o investigativa). Así se busca fortalecer el camino entre la investigación básica y las aplicaciones e innovaciones, aportando simultáneamente al mejoramiento del desempeño académico de las instituciones de educación superior (IES). Ese enfoque se soporta convenientemente en el ecosistema planteado mediante la vinculación y cooperación con universidades o centros de investigación con desempeño de calidad a nivel internacional; con el sector productivo nacional y con otras instituciones de educación superior nacionales, que aún no cuentan con la acreditación académica de alta calidad. También se ofrece la opción de vincular centros o institutos externos a las universidades. Estoy de acuerdo con todos estos aspectos que cubre el programa porque son necesarios y oportunos hoy para fortalecer las capacidades del sistema de investigación universitario e integrarlo convenientemente al Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, del que hace parte. Este ecosistema tiene inspiración en los sistemas nacionales de innovación, en desarrollo desde hace algunas décadas y busca tender un puente entre la investigación llevada a cabo en las universidades con la sociedad.

El “Ecosistema Científico” fomenta también una modalidad importante de apoyo a la investigación y el desarrollo al dirigirse directa, y especialmente, a las instituciones de educación superior con sus énfasis y capacidades, promoviendo la elaboración de propuestas estratégicas internas para concursar por los recursos de financiación dispuestos en cuatro focos (áreas temáticas): salud; alimentos; energías sostenibles y sociedad. Se establece adicionalmente la posibilidad de vincular tres áreas transversales (llamadas tecnologías convergentes en el programa) en cada alianza: biotecnología; nanotecnología y tecnologías de la información y la comunicación.

La motivación y el enfoque dado a este programa son un aspecto novedoso para las convocatorias nacionales, con varias bondades para resaltar: promueven la integración y generación de programas estratégicos internamente en las universidades; la integración de las labores de investigación (desde la investigación básica y aplicada al desarrollo experimental y tecnológico y la innovación); la integración de los recursos de financiación (hasta $20.000 millones por programa por alianza); la integración con los incentivos (préstamos-beca) para la formación doctoral, entre las principales.

Encuentro también algunos aspectos críticos:
  • "Colombia Científica" se financiará mediante un préstamo por cerca de USD 80 millones con la banca internacional. Una parte del préstamo, equivalente a $160.000 millones, se destinará a la financiación del “Ecosistema científico” (mediante dos convocatorias durante 2017). Esto implica que el programa es único y pasajero. Los programas deberán formularse, adicionalmente, en función de la metodología del marco lógico (la misma que se debe seguir para la formulación de los proyectos del Sistema General de Regalías).
  • La restricción financiera obliga a Colciencias (y al Ministerio de Educación Nacional) a limitar la participación de propuestas en la convocatoria, permitiendo únicamente el aval de hasta dos programas por parte de cada institución ancla o líder (ver la nota de la sección 5.3 de requisitos en la página 8 del documento base). Una cobertura muy limitada ante la carencia actual de recursos para la financiación de proyectos de investigación a nivel nacional.
Estas dos condiciones implican que este esfuerzo es de corto alcance y su cobertura muy limitada.

Simultáneamente con la gestión de este préstamo internacional para la financiación del “Ecosistema Científico”, se ha decidido trasladar los recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías para la financiación de vías terciarias. Paradójico si se tiene en cuenta que los recursos para financiar este ecosistema (por una única vez) corresponden a tan sólo el 20 % de los recursos anuales destinados a ese fondo. La ciencia, la tecnología y la innovación no están aún en la agenda nacional.

[1] Nota: estas reflexiones las he realizado según el documento base para el "Ecosistema Científico", en su versión publicada el 25.11.2016 por Colciencias.










domingo, 19 de febrero de 2017

Ciencia a crédito


Las columnas de opinión de Moisés Wassermann, "Regalías sin ciencia" y de Claudia Morales, "Un patito feo llamado Colciencias" me han motivado a ilustrar y complementar sus apreciaciones en esta entrada.

En el período entre 2003 y 2012 Colciencias participó en la cofinanciación de 3580 proyectos de investigación a través de sus Programas Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación, según información del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología. El valor total promedio por proyecto ascendió a $536,7 millones (en pesos constantes de 2012) incluyendo los aportes en efectivo o en especie (contrapartidas) de las instituciones postulantes y participantes en los proyectos. Colciencias realizó aportes por $246,1 millones en promedio para cada proyecto (el 46 % en promedio del valor total de cada uno). El total de los recursos financiados por Colciencias para proyectos en esa década ascendió así a $881.038 millones (en pesos constantes de 2012). En la Figura 1 se muestra la distribución regional y por áreas para 3205 proyectos (del período 2004-2014), que representa de manera fidedigna las capacidades regionales actuales del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación.
Figura 1: Distribución de proyectos de ciencia, tecnología e innovación con financiación de Colciencias en el período 2004-2015 (Fuente: Formación doctoral en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, A.Gómez, 2015).
Por su parte, el 10 % de los recursos del Sistema General de Regalías asignados anualmente al Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación (FCTI) fue de $869.008 millones de pesos solamente en 2012; una cifra casi igual a los recursos asignados a proyectos de investigación y desarrollo por parte de Colciencias en una década (2003 al 2012). Con recursos de este fondo se aprobó la financiación de 249 proyectos entre su creación en 2012 y el mes de abril de 2015 por un valor total (incluyendo contrapartidas) de $2.432.881 millones (más de $2,4 billones), que equivalen a un valor total promedio de $9.770 millones de pesos por proyecto. Este valor es 18 veces superior al valor promedio de los proyectos cofinanciados por Colciencias en la década indicada. La distribución regional y por áreas de estos proyectos se ilustra en la Figura 2.
Figura 2: Distribución de proyectos con financiación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías en el período 2012 a abril de 2015 (Fuente: Formación doctoral en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, A.Gómez, 2015).
Las motivaciones del fondo (FCTI) de incentivar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación regionalmente colapsaron ante las deficiencias en los mecanismos establecidos para la presentación y selección de los proyectos y para la asignación y administración de los recursos. Se asignaron recursos a sistemas regionales de ciencia, tecnología e innovación inexistentes o con capacidades insuficientes para ejecutarlos y, simultáneamente, el poder de decisión sobre los proyectos al sector político (en cabeza de los gobernadores). La creación de ese fondo representa una oportunidad perdida para la investigación y el desarrollo en Colombia. Hoy se ha convertido en una frustración más para el sistema cuando se ha anunciado que sus recursos pasarán a la financiación de vías terciarias. Al mismo tiempo, Colciencias y el Ministerio de Educación Nacional están dedicados a gestionar un crédito internacional por cerca de $240.000 millones de pesos para poder crear el programa "Colombia científica" para la financiación de becas doctorales y proyectos de CTeI (mediante el "Ecosistema Científico") dirigidos a las universidades y centros e institutos de investigación. : un préstamo por un monto equivalente a una cuarta parte del presupuesto anual asignado al Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías; para financiar un programa temporal (de dos años); para la realización de proyectos que sigan las directrices indicadas por la banca internacional para el desarrollo. Esta es la ciencia hecha a crédito.

martes, 22 de marzo de 2016

Rosas blancas por la innovación

El discurso de Barack Obama hoy en La Habana me ha generado nostalgia, optimismo y esperanza. Crecí escuchando canciones de Guillermo Portabales, que aún hoy repito de memoria y en ocasiones especiales ante amigos muy cercanos. Esa música fué un aporte de mi hermano. Luego, por decisión propia, descubrí y disfruté la trova cubana durante el bachillerato. Mi carrerra en ingeniería mecánica en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá fué, simultáneamente, una maestría en música cubana. Quizá sirvió de trasfondo en todo ello la cercanía de mi padre con las ideas del socialismo. Hace seis años visité por primera vez Cuba, para quererla aun más hoy.

Visité por primera vez los Estados Unidos siendo un adulto. San Francisco es la ciudad en la que quisiera vivir mi vida: su diversidad y apertura cultural, su infraestructura, su oferta educativa y tecnológica y los parques naturales cercanos, entre muchas otras ofertas, cautivan.
 
Más allá de esas experiencias personales mi reflexión es sobre la coexistencia de dos sistemas políticos antagónicos. La austeridad, y dentro de ella, el bienestar de vida cubano. La diversidad, entre la pobreza y la opulencia, del sistema de los Estados Unidos. Ahí, entre esos dos sistemas, y en medio de ese conflicto de la 'guerra fría' ha vivido permanentemente Colombia desde hace medio siglo. Como hija predilecta en América Latina de la 'economía del desarrollo', reinstaurada por el presidente Harry Truman en 1949, nos convertimos casi que en una 'colonia del imperio'. Las guerrillas del país, por su parte, han tenido la anuencia y un punto de soporte en el sistema político cubano.

Escuchar a Obama hoy me ha hecho revivir estas memorias. Admiro lo que ha dicho en su discurso en el Gran Teatro de La Habana (vale la pena escucharlo); es la apertura de pensamiento a la que invita Obama la que podrá traernos la renconciliación en Colombia. El patriotismo, a veces desbordado, de estadounidenes y cubanos, también nos caracteriza. Lo mismo que el orgullo. Y última y crecientemente, nuestro afán por la educación. Solamente una democracia plena, que respete y haga respetar los derechos individuales (políticos y económicos) de todos, podrá ofrecernos un espacio confiable para superar la pobreza, avanzando para ello con la innovación. ¡Sí se puede!

jueves, 17 de marzo de 2016

Volver a ser una universidad nacional

Las grandes diferencias regionales y entre el campo y las ciudades en la calidad de la educación básica y media no garantizan igualdad de oportunidades para el acceso a la Universidad Nacional de Colombia. En la sede Bogotá, por ejemplo, históricamente más del 70 % de los estudiantes admitidos a primer semestre provienen de la misma ciudad. La Universidad realiza un examen propio de admisión que es riguroso y selectivo (hoy se admiten en promedio cerca de 9 estudiantes por cada 100 que se presentan). Esta situación ha llevado a que la Universidad haya creado programas especiales de admisión (y de apoyo para ello) para grupos de población en situaciones especiales o vulnerables, así:


El Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica PEAMA (creado originalmente en el 2007 bajo la iniciativa de mi colega y amigo Julio Estebán Colmenares, entonces director de la sede Arauca) le permite a los estudiantes de las sedes de presencia nacional concursar entre ellos por un grupo de cupos a la Universidad Nacional (como lo describe en una columna reciente el rector Ignacio Mantilla). A pesar de lograr el ingreso con puntajes de admisión mucho menores que el promedio alcanzado por los demás admitidos, los estudiantes del PEAMA alcanzan rendimientos académicos durante el desarrollo de sus carreras iguales o superiores que los demás estudiantes. Este resultado indica que el buen rendimiento académico no depende directamente del puntaje obtenido en el examen de admisión a la Universidad.

Este programa debe motivar una reflexión en torno al mecanismo de admisión que lleva a cabo la Universidad actualmente: ¿Por qué no realizar la admisión general a la Universidad Nacional de Colombia bajo el mecanismo que se utiliza actualmente para el PEAMA? Esto le permitiría a los aspirantes de todas las regiones del país competir entre ellos por un grupo de cupos de admisión a cualquiera de las sedes de la Universidad. A la Universidad misma le permitiría fortalecer su papel como promotora de la movilidad social y la integración nacional; proponer y crear programas de soporte y bienestar para todos sus estudiantes, con el apoyo financiero directo de cada región, e incentivar su presencia regional, integrándose efectivamente a través de sus estudiantes y egresados a la solución de la cantidad de retos y problemas sociales, económicos y ambientales que nos depara un país que quiere vivir en paz. Sería como volver a ser una universidad nacional.



sábado, 5 de marzo de 2016

Innovación y pobreza

Dos notas periodísticas llamaron mi atención esta semana porque permiten contrastar dos escenarios de pobreza en el país y el posible papel de la innovación para superarla.

"El rescate de las papas perdidas" de Juanita Vélez es un excelente ejemplo de innovación, de iniciativa y emprendimiento por parte de campesinos en Boyacá. Trabajando en condiciones de pobreza han logrado organizarse y sacar adelante con motivación y entusiasmo un proceso productivo innovador para recuperar el cultivo de variedades nativas de papa y comercializarlas. Este tipo de desarrollos ofrece argumentos para ubicar el origen de los procesos de innovación en los intentos de solución a los problemas reales. Es también una oportunidad para ilustrar que el apoyo de las instituciones de investigación y desarrollo y de las  universidades es importante para brindar soporte, aunque en la mayor parte de los casos no son estas instituciones las que originan esos procesos de innovación. Se requiere, eso sí, que estas instituciones se mantengan en contacto permanente y directo con la sociedad y sus problemas para poder brindar ese apoyo de manera oportuna y efectiva.

"Los mata la crisis con Venezuela: viaje por la nación wayuu" de Laura Ardila reporta sobre las condiciones de vida y pobreza en La Guajira, una región afectada por el abandono estatal y, recientemente, por la situación política y económica en Venezuela, que ha restringido las posibilidades de trabajo y el contrabando (inclusive la provisión de alimentos). En La Guajira se realiza, además, desde hace varias décadas la extracción y exportación de carbón a gran escala. Este hecho invita a preguntarse si las garantías que ha ofrecido el Estado para esa explotación han implicado simultánemente la violación de los derechos fundamentales de sus habitantes (por ejemplo, el problema en torno a la desviación del río Ranchería). Algo que también se manifiesta en las dificultades que tienen los nativos para poder acceder a condiciones apropiadas para la pesca, en contraste con las condiciones que ejercen las grandes empresas pesqueras.

Aun bajo las condiciones de pobreza en las que ha llevado a cabo sus labores el grupo de campesinos en Boyacá, su proceso muestra un escenario muy diferente al que ofrece la situación actual en La Guajira. Demuestra que mientras se ofrezcan unas condiciones mínimas para el pleno ejercicio de las libertades individuales, de sus derechos, los procesos productivos y la innovación florecen con la fuerza de la creatividad humana. Es urgente solucionar los problemas de la escacez de agua y la desnutrición en La Guajira pero no podemos perder de vista que esos problemas son síntomas de la pobreza, no sus causas. Sin la presencia organizada del Estado, sin instituciones bien establecidas que garanticen los derechos individuales políticos y económicos de sus habitantes no se podrá superar la pobreza. Es el punto de partida para avanzar con la innovación.









miércoles, 24 de febrero de 2016

Convivir sin consensos

La búsqueda de consensos parece ser una obstinación de muchos políticos. Nada más halagüeño para ellos que lograr unanimidad en el apoyo a sus propuestas. Un político tiene la oportunidad, y la responsabilidad, de originar e implementar políticas públicas para ofrecer soluciones a los problemas sociales que nos aquejan; esa es su función. La crítica, incluida la indignación en las redes sociales, sirve como un instrumento de control para lo que hacen los políticos; es un valor y una garantía para la democracia. Poco hacen los políticos y funcionarios públicos que deciden convertirse en 'contra-indignados'. Pero la búsqueda de consensos no es una característica exclusiva de los políticos: es más repugnante cuando proviene de intelectuales, al menos de académicos. Establecer como objetivo alcanzar consensos tergiversa la función intelectual honesta, es un intento de eliminar la crítica.

La vida en sociedad implica la combinación de miles o millones de visiones distintas del mundo. La vida civilizada se alcanza, precisamente, cuando podemos convivir con esas diferencias sin hacer uso de la violencia, en su caso extremo con el uso de las armas. El prurito de los consensos logra efectos adversos: al no ser posible alcanzarlos, se polariza y se genera el mejor caldo de cultivo para los caudillismos y los fanatismos; o se termina repartiendo prebendas para alcanzar un 'consenso aparente', de tal manera que cada grupo de presión reciba un pedacito de la torta; se generan entonces guetos (e incomunicación, apatía y desidia).

El acuerdo político que ha logrado el presidente Santos esta semana para apoyar, la que esperamos sea, la etapa final del proceso de paz es una actitud generosa de los partidos políticos que se adhieren; invita a mantener la esperanza. Es un acuerdo políticamente sano porque no representa un consenso.

Lo que no puede suceder es que el gobierno intente cabalgar sobre nuestras esperanzas de paz para imponer posiciones hegemónicas, de consenso, en todo cuanto al presidente y al gobierno se les ocurra. La oposición, la crítica de los medios (no suficientemente ejercida), el malestar ciudadano manifestado en las protestas y las encuestas son elementos básicos para la democracia. 

De eso se trata. Aprender a convivir sin consensos es la paz que anhelamos.